- Esperaba que llegaras más temprano. -Dije, fingiendo molestia.
- Y yo esperaba que tú llegaras más tarde. -Replicó ella en el mismo tono.
Nos abrazamos. Siempre nos tratábamos así por cariño.
Melissa es de esas mujeres a las que uno simplemente no puede resistirse. No es una belleza espectacular como para que uno se intimide, y aún así es muy hermosa. Tiene el cabello castaño, del que se pinta un mechón amarillo claro para llamar la atención. Ojos un poco achinados, marrones, con pestañas largas y femeninas. Sus labios finos y nariz respingona hacen juego. Es de complexión esbelta: ni gorda ni flaca. Tiene el peso justo para sus 1.65 de estatura. Sus curvas justifican eso.
Nos sentamos a comer. Era comida china, barata. Nunca fuimos presumidos con nuestras escapadas. Todo era sencillo, lleno de encanto.
El único problema en nuestra relación, era su esposo.
Ella no lo dejaba, no por los hijos, porque no tenían, ni porque él fuese rico, que no lo era. Simplemente porque así me hacía sufrir, la muy descarada. Se divertía engañando al marido y haciendo que su amante, yo, sufriera por esperar a que se decidiera.
Sin embargo, ese día yo ya estaba cansado y había tomado una decisión de antemano. Terminaría con ella esa noche, tras ocho años de aventuras. Yo ya no podía mantener la mentira, tenía que terminar el juego.
Tenía que respetarme a mí mismo. Nunca tendría, digamos, mi propia familia si seguía así. Vivía por la mujer de otro hombre.
- Tengo un asunto muy serio que tratar contigo.
- ¿Ah, sí? ¿Y qué será? -Preguntó juguetonamente. Abrió mucho los ojos, mirándome de forma coqueta.
- Estoy terminando contigo, Melissa. Aquí y ahora.
- ¿A qué estamos jugando ahora? -Preguntó sonriendo.
- A nada, cariño. Te amo, pero no puedo ser tu juguete mucho tiempo más. Mi vida es vacía, o casi vacía.
- ¿Qué cosas dices? -Su disgusto se hizo visible. Estaba ofendida. Perfecto.
- Sí. Mi vida es vacía por causa de ti. Ya no hago nada salvo trabajar por tus caprichos. Eres adorable y te amo, pero yo no puedo mantener esta vida mucho más.
- No te permitiré ésto. No puedes dejarme así. -Dijo, alterada.
- Sí puedo y estoy haciéndolo. Ni siquiera sé el nombre de tu esposo, o como luce. No sé cómo es tu vida. Solo te conozco aquí y en la cama, y ha sido así por ocho años. Del resto para mí eres como un espejismo. Últimamente me siento como un espejismo yo mismo.
-¡Vete de aquí! -Exclamó, con lágrimas en los ojos, muy alterada.
Le hice caso. No quería una escena en un restaurante chino, y ya había dicho lo que tenía que decir. Me marché de allí y tomé un taxi hacia mi apartamento. Llegué, arrojé las llaves, la billetera y el abrigo a la cama. Mi apartamento era pequeño y con pocas comodidades.
Me sentía vacío. Me sentía sin propósito. Sentía como si no existiera.
Y efectivamente, empecé a dejar de existir. Me mareé y busqué una silla. Todo daba vueltas y de pronto empecé a ver a través de un túnel. Luego todo fue paz y luz.
Entonces, desaparecí. O mejor dicho, me uní. Miles de recuerdos de cosas que nunca había vivido llegaban a mi mente, traídos de ninguna parte.
Entonces lo supe todo.
Me di cuenta que durante ocho años no había hecho otra cosa que engañarme a mí mismo.
Con mi esposa.
Órganos
Publicado el:
sábado, octubre 08, 2011
Por:
Javier Darkona
Una tarde de agosto, Verónica estaba trabajando en unos feos dibujos para una clase de "arte", en la "universidad de arte" donde ella dice que va a "estudiar".
Yo me encontraba ocupado en importantes asuntos, que no explicaré aquí porque puede usted, quizás, no entender.
Resulta que en medio de mis divagaciones y experimentaciones, me encontré con una súbita falta de órganos. Necesitaba más órganos para completar... una cosa. Bajé nuevamente al sótano, donde Verónica se encontraba maltratando unos lienzos con esa terrible manera que tiene para hacer marcas con tinta.
- ¡Verónica! -Grité.
- ¡Qué! -Respondió ella, con un sobresalto tremendo.
- Necesito que hablemos, tengo un asunto urgente e importante en el que necesito que me ayudes.
- ¿Que sucede? Estoy dibujando, Javier, ¿no ves que estoy ocupada?
- No me interesa. Estoy haciendo algo importante, y me faltan órganos para completarlo.
- ¿Qué? No entiendo... ¿A qué te refieres con órganos?
- Tú sabes... órganos. De todos modos no te interesa saber qué es. Solo necesito que me des tus órganos.
- NO.
- Por favor, coopera. No es que los estés utilizando.
- ¡Claro que los estoy utilizando! ¡Son mis órganos!
- Pero Verónica, ¡si los tienes todos maltratados!
- No es cierto. Los utilizo todos los días y además son MIS órganos.
- Solo los usaré por un rato, yo te los devuelvo cuando termine.
- No. No sé si pueda seguir usándolos después de que los hayas "utilizado".
- No empieces, dame tus órganos.
- ¡No!
- Vamos, los necesito.
- ¡Que no!
- Ven aquí...
- ¡Déjame! ¡Suéltame! ¡No! ¡Auxilio!
- ¡Verónica! ¡Por favor coopera!
- ¡QUE NO! ¡NO VOY A DARTE MIS ÓRGANOS!
- ¡DÁMELOS!
Salió corriendo a toda velocidad hacia el clóset, la seguí y le dí alcance. La empujé con todas mis fuerzas contra una pared. Entonces se levantó y, desesperada, abrió el clóset y se interpuso entre aquél y yo. Me miró desesperada y gritó con todas sus fuerzas:

Al final, tuve que buscar órganos en otra parte.
Yo me encontraba ocupado en importantes asuntos, que no explicaré aquí porque puede usted, quizás, no entender.
Resulta que en medio de mis divagaciones y experimentaciones, me encontré con una súbita falta de órganos. Necesitaba más órganos para completar... una cosa. Bajé nuevamente al sótano, donde Verónica se encontraba maltratando unos lienzos con esa terrible manera que tiene para hacer marcas con tinta.
- ¡Verónica! -Grité.
- ¡Qué! -Respondió ella, con un sobresalto tremendo.
- Necesito que hablemos, tengo un asunto urgente e importante en el que necesito que me ayudes.
- ¿Que sucede? Estoy dibujando, Javier, ¿no ves que estoy ocupada?
- No me interesa. Estoy haciendo algo importante, y me faltan órganos para completarlo.
- ¿Qué? No entiendo... ¿A qué te refieres con órganos?
- Tú sabes... órganos. De todos modos no te interesa saber qué es. Solo necesito que me des tus órganos.
- NO.
- Por favor, coopera. No es que los estés utilizando.
- ¡Claro que los estoy utilizando! ¡Son mis órganos!
- Pero Verónica, ¡si los tienes todos maltratados!
- No es cierto. Los utilizo todos los días y además son MIS órganos.
- Solo los usaré por un rato, yo te los devuelvo cuando termine.
- No. No sé si pueda seguir usándolos después de que los hayas "utilizado".
- No empieces, dame tus órganos.
- ¡No!
- Vamos, los necesito.
- ¡Que no!
- Ven aquí...
- ¡Déjame! ¡Suéltame! ¡No! ¡Auxilio!
- ¡Verónica! ¡Por favor coopera!
- ¡QUE NO! ¡NO VOY A DARTE MIS ÓRGANOS!
- ¡DÁMELOS!
Salió corriendo a toda velocidad hacia el clóset, la seguí y le dí alcance. La empujé con todas mis fuerzas contra una pared. Entonces se levantó y, desesperada, abrió el clóset y se interpuso entre aquél y yo. Me miró desesperada y gritó con todas sus fuerzas:

Al final, tuve que buscar órganos en otra parte.
Cómo ser siempre infeliz
Publicado el:
lunes, octubre 03, 2011
Por:
Javier Darkona
Traducción del artículo original de Ryan O'Connell, publicado en Thought Catalog.
Traducido y puesto aquí con su autorización.
Traducido y puesto aquí con su autorización.
Ven al mundo pensando que se te debe algo. Ten permanentemente una pajilla en el hombro, y siéntete siempre despreciado de alguna manera. Espera cosas de las personas. Evita ser cortés. Toma en lugar de dar. Este tipo de actitud no solo se presta para un completo narcisismo, sino que también te lleva a siempre sentirte decepcionado de la gente. A tus ojos, nunca eres amado o apreciado lo suficiente.
Siempre culpa a tus padres y a tu niñez por las cosas. Quizás te tocaron malas cartas y te sucedieron algunas cosas horribles. O quizás tus padres no te compraron suficientes porquerías. Cualquiera que sea el caso, aférrate a las cosas terribles con mano de hierro. Nunca te sueltes. Evita entender que cuando te aferras a esas cosas con un agarre sofocante, también te sofocas a ti mismo. No te permites avanzar y progresar como un ser humano. Mientras es cierto que no tememos ningún poder sobre como fuimos criados, tenemos poder sobre la forma en la que lidiamos con eso. Mientras te haces mayor, puedes bañarte en tu propia miseria. Puedes enjabonar, enjuagar y repetir, encontrando comodidad en la situación. O puedes empezar conscientemente a dejar ir y hacerte una vida para ti en tus propios términos. Si escoges el la primera, estás destinado a ser infeliz.
Sé un completo y total narcisista. Nunca salgas de dentro de ti mismo a mirar las cosas desde otro punto de vista. Nunca conozcas a los demás en terreno común. Pregúntales siempre si ellos pueden encontrase contigo en la esquina de la calle YO YO YO con la Avenida Soy Un Limitado. Quizás sea porque eres perezoso, y no te importa lo suficiente alguien como para cambiar tu forma de pensar. O quizás sea porque eres genuinamente incapaz de hacerlo. Estás pasmado y roto emocionalmente de alguna forma. Y eso es real. Algunas personas de verdad no pueden reconocer sus limitaciones, lo que resulta terrorífico, porque ello significa que nunca podrán arreglarse. Por lo consiguiente, infelicidad.
Sé alguien que no pueda seguir adelante. Quédate atrapado sobre una mina terrestre de tus propias memorias. Trata de escapar y encontrar alegría en el presente, pero encuéntralo extremadamente difícil. Estás atrapado en los "Qué Tal Sí" y los "Pudo Ser, Debió Ser, Quería ser". Tu miedo te mantiene allí,y te mantendrá allí hasta que encuentres una manera de liberarte.
Encuentra la belleza en la tristeza y cree que eso te hace especial. Es lo tuyo, ¿sabes?. Eres el Amigo Deprimido, el que siempre necesita de los demás y drena toda la energía de sus amigos. Dices que quieres mejorarte y ser como todo el mundo, pero eso puede no ser completamente cierto. Algunas personas prosperan en el hecho de estar dañadas. No entienden lo peligroso que es esa forma de pensar hasta que todo el mundo finalmente se ha dado por vencido con ellos, y que están completamente solos con su tristeza especial. ¿Estás listo para ser feliz ahora? El Niño Que Gritaba "Estoy Deprimido".
Sé demasiado inteligente para tu propio bien. Entiende demasiado las cosas. Conoce que tan mal puede ser la vida. Como si hubiere un ruido constante en tu cerebro que fueses incapaz de apagar. Solo quieres tener un himno, escuchar a un orador carismático y hacer que todo se vaya. A causa de tu inteligencia, eres incapaz de relacionarte con la mayoría de la gente. No entiendes como otros pueden vivir de la forma en la que lo hacen, como no pueden comprender las cosas que tú captas. Qué no darías por no entender.
Otras 3 Cosas Que Deberían Enseñarnos A Todos (Pero Que Tampoco Nos Enseñan)
Publicado el:
miércoles, septiembre 28, 2011
Por:
Javier Darkona
Así como las tres que mencioné en mi post anterior, estas son otras tres cosas que, en mi experiencia personal, me parece que habría sido mejor que se nos enseñaran durante esos años casi inútiles de la escuela primaria, mientras nuestras mentes son súper maleables y podemos no solamente memorizar una gran cantidad de información, sino que también tenemos la capacidad de aprender a pensar de diferentes formas. En lugar de ello, toca aprenderlas por el camino, a los golpes, cuando sencillamente habría sido mucho más productivo para los individuos y la sociedad haberlas aprendido desde el principio.
Escucho muchas veces la excusa de que a los niños no se les pueden decir tales o cuales cosas, y siempre me ha parecido muy pobre. ¿Cuántos de nosotros no podemos recordar al menos una ocasión en la que durante nuestra infancia se nos dijera algo que los adultos no pensaron que comprenderíamos, pero que lo hacíamos perfectamente? ¿O que simplemente aprendiésemos por nuestra cuenta, engullendo libros olvidados por ahí, viendo TV en un momento que nadie pensaba, o por escucharlo de alguien al vuelo? Aprendimos cosas buenas y malas por nuestra cuenta, y eso que éramos niños. ¿Por qué creer entonces que los niños no pueden absorber cosas más útiles, aunque en apariencia sean más complicadas?
Además intuyo que con un método pedagógico adecuado se puede enseñar cualquier cosa. Nos tratan de enseñar a analizar cuando ya somos adolescentes, en secundaria, y estamos demasiado ocupados con nuestras hormonas y el sexo opuesto (o el mismo, yo no juzgo) para entender nada. Y aún así, de alguna manera, logramos integrar una que otra cosa en nuestra colección de ideas, y las llevamos con nosotros a donde quiera que vamos.
Nuestras vidas podrían haber sido un poquito más fáciles si hubiésemos aprendido cosas como:
1. Lógica
No, no es la lógica que la gente dice tener. Muchas personas te dicen "Claro, pero es que yo pienso con mucha lógica, por ejemplo no me como las naranjas sin quitarles la piel". Esas personas no piensan lógicamente. Y si alguien te dice eso, es un idiota.
Yo soy programador, estudié informática. Durante la carrera, hay una pequeña materia llamada álgebra proposicional. Una vez que la has estudiado, dejas de ver el mundo de la misma forma. Suena a grandilocuencia, pero es así. Es tan absurdamente sencillo de entender y resuelve tantos problemas de pensamiento que me parece increíble que no la den en preescolar.
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No es tan difícil de entender, no exageres. |
Algo tan (aparentemente) simple como poder analizar un argumento o una proposición es una habilidad de la que lamentablemente carecen muchas personas. No hace falta ser un matemático ni entender grandes cosas para estudiar esa materia, no es difícil en forma alguna. Y menos para un niño, que naturalmente ve el mundo de formas que no puede entender, y en lo que la lógica le comienza a dar la herramienta para analizar su entorno, aprende con más facilidad.
No digo que las personas en general carezcan de lógica. Todos la tenemos en mayor o menor medida. Pero de pequeño no te enseñan a canalizarla y explotarla, sino que tienes que entrar en un área bien específica del conocimiento y llegar a tener estudios universitarios para que alguien te diga: "Oye, quizás sería una buena idea ahora que te enseñara a utilizar una herramienta que te habría hecho mucho más fácil tu vida hasta este punto".
Luego que aprendes a pensar sistemáticamente con lógica, es como si hubieses ganado un superpoder, que siempre tuviste la capacidad de usar pero que nadie te había enseñado cómo.
2. Discutir
De la mano con el punto anterior, discutir es una de las cosas que he visto que prácticamente nadie puede hacer correctamente. Yo mismo fallo muchas veces en hacerlo bien ("¡¿Cómo que Linterna Verde es mejor superhéroe que Batman?! ¡Pues tú eres un merluzo inútil y tu mamá también!"), y me gustaría haberlo aprendido a hacer bien.
No es sino hasta hace relativamente poco, durante la época en la que me he convertido no en una forma de vida orgánica sino en una entidad virtual que vaga por la inmensidad de la internet, que he notado con angustia que la gente no tiene la menor idea de como discutir. Y no me refiero a la gente idiota de los comentarios de Youtube o cosas por el estilo. Me refiero a gente bien intencionada, que de verdad pretende discutir un asunto y falla miserablemente al intentarlo.
Y sucede porque realmente nunca nadie nos enseñó a hacerlo.
Existe una cosa que se llama la pirámide de la discusión. Me la robé de otro lugar en la web y no me importa, la coloco aquí con el mismo sistema que usan los cómics para que pueda verse en grande haciéndole click.
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Tantas miles de horas hombre desperdiciadas en argumentos tontos en la Internet. |
Esta pirámide describe de forma descendente las formas de discusión, de la óptima a la completamente incorrecta.
En secundaria las "discusiones" estaban conformadas por dos paneles de estudiantes tratando un punto o un tema, y generalmente se les dejaba a rienda suelta, donde volaban todo tipo de falacias lógicas porque nadie las conocía, supongo que ni siquiera la profesora. Nos enseñaban qué era una discusión, pero no nos daban la más mínima indicación de cómo navegarla.
Además veo imprescindible la enseñanza de la Retórica. Qué importante sería que desde pequeños entendiéramos la diferencia entre Pathos, Ethos y Logos, y de como reconocerlos y utilizarlos efectivamente.
¿Por qué esperar que alguien estudie Humaninades para enseñarle a expresarse? Pienso que en la escuela no se nos enseña a ser mejores seres humanos, sino a mantenernos ocupados y no molestar.
3. Deducir
Sherlock Holmes era un personaje ficticio, y por la misma razón no es un modelo a perseguir. Pero esa habilidad puede ser aprendida, y resulta útil en incontables situaciones. Sin embargo, si no naces con ella puede tomarte toda la vida aprenderla. A algunos quizás nos tome más de una vida.
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"Ha-ha. Tontos" |
Deducir, en este caso, es la habilidad de extraer conclusiones acertadas a partir de muy poca información, y esta se divide en premisas. Si es usted una dama probablemente esté pensando: "Sí, pero las mujeres hacemos eso sin aprenderlo". Sí y no. Las mujeres tienen, por lo general, una mayor capacidad para la empatía y para reconocer el lenguaje corporal, entre otras formas de comunicación no verbal, y subconscientemente las procesan con mayor eficiencia.
La deducción es un proceso consciente, y podemos entrenar para hacerlo cada vez mejor. Se trata de ejercitarla. En la escuela podría enseñarse, porque todo lo que se puede aprender se puede sistematizar y luego enseñar. Con mayor o menor grado de dificultad, por supuesto.
Nos ahorraría muchísimos problemas y mucho tiempo en descubrir cosas para las cuales necesitamos recabar mucha más información, acelerando la comunicación, la resolución de problemas y el aprendizaje. Lamentablemente, al parecer la materia está reservada para los estudiantes de Criminología.
Quizás tomar a Sherlock como ejemplo a seguir y practicar por nuestra cuenta no sea tan mala idea después de todo.
3 Cosas Que Deberían Enseñarnos a Todos (Pero que no nos enseñan)
Publicado el:
sábado, septiembre 24, 2011
Por:
Javier Darkona
No pretendo saberlo todo. No pretendo ni siquiera saber algunas cosas de la forma correcta o en la completitud necesaria. Ni siquiera pretendo estar en lo correcto. No obstante, puede ser que lo esté. En mi experiencia en particular, he encontrado sentido a algunas cosas que no siempre te enseñan. Y con "no siempre" quiero decir que "no te las enseñan" y que incluso "te las ocultan".
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"Les diré el mínimo necesario para que apenas puedan funcionar en la sociedad. Abran sus libros, página doscientos diez." |
Reconozco que una vez te vas haciendo mayor encuentras cierto placer sádico en ver como las personas más jóvenes que tú cometen errores trágicos que tú bien sea cometiste con anterioridad o que evitaste--no pretendo cambiar eso. La schadenfreude tiene su lugar en el mundo como todo lo demás.
Más bien, son principios que no siempre son evidentes, ni en la crianza ni en la escuela, y que nos toca aprender en el camino (pero no todos lo consiguen), como por ejemplo:
1. Dudar
Desde las películas de Disney (Sí, tú Walt Disney, eres un mentiroso descarado) hasta los libros de autoayuda, los foros, y los amigos bien intencionados, todos te dicen continuamente la siguiente frase cuasi-mística:
"DEBES CREER EN TI MISMO"
Cada vez que la escuchamos, imaginamos a alguien a quien su Maestro, Sensei, o Mejor Amigo se la dice, e instantáneamente esa persona empieza a creer en sí misma y supera grandes obstáculos.
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Clee en ti mismo. Ahola tláeme el almuelzo y vete a limpial el baño. |
Lo que nunca te enseñan es que también cabe siempre la posibilidad de que seas Tú quien está equivocado, de que Tú en efecto no puedas superar ese obstáculo. Además que eso sea lo más probable.
Eso es parte de la filosofía del no dudar que está tan difundida por todas partes. Sin embargo, dudar es una de las cosas más saludables que se deben hacer. Es incómodo porque los humanos necesitamos afianzarnos en ciertas cosas para sentirnos bien. Porque somos unos cobardicas.
El desarrollo científico y tecnológico de la Humanidad demuestra que no somos ajenos a dudar de la naturaleza; por ejemplo, dudar es lo que nos llevó como especie entender que los rayos que caían no eran obra de Zeus sino de la electricidad, porque en algún momento alguien dudó de que eso fuera así, e investigó.
Se dice que la duda es sinónimo de inteligencia, así que deberían enseñarnos, desde pequeños, a actuar de forma inteligente. Pero lo que se enseña es que la figura del profesor o del padre o de la madre o del líder son infalibles, que lo que dice en el libro es lo que es, que lo que está escrito en la enciclopedia es absoluto. Pero nunca nos enseñan a dudar que sean nueve planetas del Sistema Solar, que Santa Claus te trae regalos o que el número PI sea el mejor para enseñar a calcular las circunferencias.
Ello, en un nivel más profundo, nos hace cultivar nuestras propias creencias como seguridades, como cosas absolutas --nos hace convertirnos en personas que no cambian de opinión aunque les presentes los hechos en la cara, porque no dudan. No quiero decir que tener seguridad de ciertas cosas o de las personas en algunos ámbitos no esté bien, porque si no pudiésemos confiar en nadie tendríamos un mundo muy hostil en cual vivir. Pero podemos dudar libremente de ideas, de hechos, de informaciones, y tenemos que hacerlo por nuestro propio bien.
La duda es el trampolín a la curiosidad, la curiosidad lleva a la investigación, la investigación lleva al aprendizaje, y el aprendizaje es crecer. Duda de ti mismo, duda de todo lo que lees y de todo lo que escuches. Duda siempre.
2. Abandonar rituales
A todos nos inculcaron buenas costumbres (dependiendo por supuesto de la cultura), como levantarnos temprano, hacer la cama, cepillarnos los dientes, sacar la basura, sacar a tus hermanos para que puedan hacer sus necesidades...
Pero lo que nadie nos explicó fue como liberarnos de costumbres que ya nos hemos creado. No estoy hablando sobre el alcoholismo, tabaquismo, drogas, procrastinación o cualquier otro hábito que vaya en contra de nuestro bienestar.
Estoy hablando de cosas que no son precisamente obvias, y que nos generan una esclavitud mental de la que no nos libramos nunca porque no lo notamos. Y en cierta forma son adicciones, porque no nos sentimos bien cuando no cumplimos con estos rituales autoimpuestos, o incluso afectan nuestra productividad, tiempo o salud sin notarlo.
Los videojuegos, las redes sociales, o el bálsamo labial pueden ser adicciones, a nivel químico o psicológico (aunque todas las adicciones son en el fondo la adicción del cerebro a uno u otro químico, en especial endorfinas).
Yo sugiero aprender a obligarse a sí mismo a hacer las cosas siempre de manera diferente. Un día decide que abrirás las puertas y pulsarás los interruptores de tu casa con la mano opuesta, por ejemplo. O que en vez de comer ciertos grupos de comida siempre juntos pruebes con lo opuesto (Por ejemplo, si siempre comes bisteck con arroz, prueba comer bisteck con pasta, aunque yo desapruebo eso en términos fuertes, culinariamente hablando). O trata de dormir con la luz encendida, o con música, o con ruido, o de levantarte tarde aunque no puedas seguir durmiendo. Prueba a romper tus esquemas, y a la larga serás una persona que es libre incluso de sí misma.
Y en casos de emergencia o de necesidad puede ser bastante útil que puedas adaptarte rápidamente a circunstancias diferentes, porque tus propias costumbres y rituales no se meten en el medio para hacerte infeliz por no cumplirlos o para hacerte sentir incómodo.
3. El verdadero significado de las palabras
Un obstáculo con el que me encuentro a menudo en mis conversaciones, es que la gente no tiene idea de qué acabo de decirle, o que entiende algo completamente distinto a lo que quise decir. Esto de por sí le sucede a todo el mundo, pero estoy consciente de un hecho: Yo soy extremadamente claro al hablar. Utilizo mis palabras con la mayor precisión que puedo permitirme en todo momento. Prefiero que la gente me entienda.
Y el gran obstáculo es que mi interlocutor piensa que estoy hablando en chino, o que dije algo que no tiene nada que ver.
Por ejemplo, si alguien me pregunta si voy a ir a un evento, las dos respuestas que le daría pueden ser: "Probablemente" y "Posiblemente", combinadas con un "sí" o un "no" de acuerdo a lo que quiera decir. ¿Por qué? Porque como soy una persona que duda (ver arriba), yo nunca voy a estar seguro de si podré asistir al evento, o me pasará algo por el camino o en mi casa. Diré "probablemente" porque tengo toda la intención de ir, y si no sucede nada iré. Diré "posiblemente no" porque quizás tengo algo que hacer, pero si ese plan falla entonces es posible que vaya al evento. Generalmente la gente entiende que no quiero ir, o que iré si me da la gana.
"Posiblemente" significa que existe una posibilidad (obviamente) de que algo suceda. De que siempre podría suceder, aunque sea más o menos "Probable". "Probablemente" quiere decir que hay menor incertidumbre con respecto a si un suceso tendrá lugar o no. (Esto a niveles prácticos lingüísticos)
También sucede lo opuesto, cuando una persona utiliza una expresión o una palabra de forma inadecuada, y tu entiendes algo diferente a lo que esa persona quiere decir. Si vamos atrás a nuestro período académico, recordaremos la Teoría de la Comunicación esa que tanto la profesora se empeñó en explicar, con poco éxito, recordaremos que a grosso modo se trata de un emisor, un mensaje y un receptor. Pero existe un acuerdo entre el emisor y el receptor, que es el Código. Nuestro código es nuestro idioma, y tiene que ser manejado por igual por ambas partes.
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En el año 3100 todavía estaremos usando Cliparts de Office 97. |
En la escuela se enseña tan mal, por lo general, que es igual que si no lo hicieran.
Saber lo que estamos diciendo es valioso además en el entorno académico y laboral, donde existe una gran cantidad de zombies entrenados para usar casi exclusivamente cierto vocabulario. Comprenderlo es vital para hablar con ese tipo de personas. Y aprender un mayor número de palabras para poder expresar mejor nuestras ideas es vital para nosotros como seres pensantes. Nuestra mente es, después de todo, del tamaño de nuestro vocabulario.
Para terminar, en general serás una persona más feliz al entender mejor el mundo que te rodea, y te dará un menor grado de incertidumbre en lo que ves, como cuando comprendes chistes rebuscados.
Autoayuda Para Empleados Públicos
Publicado el:
viernes, julio 29, 2011
Por:
Javier Darkona
La cola es allá, y tiene que haber
venido más temprano porque ya a ésta hora no puede leer esto. Vuelva al
siguiente párrafo.
¿Trajo todos los recaudos? Vamos a ver
qué tiene aquí... sentido de la vista... un cerebro... ganas de leer... está
muy bien todo, pero ¿dónde está su conocimiento de la lectura? Si no sabe leer no podemos ayudarle. Venga de nuevo con eso al siguiente párrafo
para poder atenderle.
![]() |
"Me debes estar jodiendo." |
Bueno dígame, ¿qué es lo que quiere
usted? Dese prisa en leer ésto que no tengo todo el día y pronto viene el punto
final. Eso fue un punto y aparte, no se distraiga. Ajá, al parecer trajo todo.
En el párrafo anterior tenían que haberle revisado eso de todas formas para que
no faltara nada. Vuelva a traer todo en el siguiente párrafo, ya vamos a
cerrar.
Hasta que por fin llegó empezando el
párrafo. Por favor espere allá, que se le va a llamar cuando sea su turno de
leer el primer subtítulo.
¡Siguiente!
El manual
Por eso le voy a explicar como superar
cada una de las etapas emocionales que tendrá que afrontar una vez se haya
apalancado en un puesto laboral tan importante. Empezaremos con la primera, la
fase de negación.
Negación
![]() |
"No." |
Mire, yo no sé cómo llegó usted aquí,
pero este no es el párrafo que busca. ¿Qué? No, aquí no es. No puede ser que le
hayan dicho eso en el párrafo anterior. Déjeme ver eso. Bueno no sé, aquí no
dice nada de ninguna etapa emocional, pero ya está aquí y no me queda más
remedio que explicarle.
La fase de negación no es la primera por
capricho, sino porque usted no sabe en qué rollo se ha metido, pero no estará
libre de saberlo en seguida. No es que sea negativo, pero lo primero que usted
no podrá evitar notar es que el trabajo no es lo que usted esperaba de él. No
digo que la paga no sea buena, ya que no es un trabajo cualquiera, pero no es
el trabajo menos ingrato que hay. No dejará de escuchar personas que no saben
lo que no tienen que hacer y que no traen los recaudos completos. No se
detienen a preguntar «¿no es así la cosa?», sino que no se dan cuenta de que
están equivocados y no dejan de molestarle. No permiten que uno les explique,
creen que no son ignorantes de nada. Y siempre terminan con las tablas en la
cabeza cuando uno les dice «no, señor, o señora, usted no trae los recaudos que
son, no se le atiende, punto».
Eso no es lo más difícil. Es no tener
tiempo para compartir con los compañeros de trabajo, el no hablar con nadie más
que con la gente que no deja de venir día tras día. No salir de las oficinas
cerradas, donde no hay ventanas ni luz suficiente, donde el aire acondicionado
no funciona la mayoría de las veces y donde no hacen mantenimiento nunca. Y no
limpian muy bien que digamos los baños, que además no se los niegan al público.
Lo que no debe olvidar es que no está
aquí para hacer lo que le de la gana. Usted está aquí porque no hay muchas
personas que, como usted y yo, se atrevan a trabajar para un propósito que no
sea meramente egoísta. Que no se está «calentando un puesto», se está porque
entonces no habrá nadie que haga que las ruedas giren. Y la paga no es mala.
No es que me queje, pero no es fácil.
Ahora, no deje usted de pasar por el siguiente subtítulo, pero no se demore,
que luego no lo atienden.
No se vaya todavía que no le he sellado.
*TUM* *TUM*
*TUM*
No he terminado.
*TUM* *TUM*
Ira
![]() |
"Grrrrrrarrrrrrrggghhhhh" |
Segurito que lo mandaron de la sección
anterior, ¿verdad?. Vamos a ver qué tiene aquí... ¿Bueno pero se va a tardar
todo el día? Páseme los recaudos. Vamos a sellarle eso de una vez.
*TUM* *TUM* *TUM* *TUM*... *TUM*
Le tengo que explicar, ¿verdad? Mire, la
fase de la ira entra una vez te das cuenta que ya tienes seis meses en éste
chiquero y las cosas no cambian. Te cansas, sí, te cansas de la misma estupidez
todos los días. ¡Todos los días! Es como que te dejen sin alma en ésta
porquería. Los viejos son los peores. Se quedan dormidos en la cola y hay que
despertarlos, se tardan lo que les queda de vida en caminar hasta la taquilla y
entonces empiezan a sacar los lentes, pero eso sí, despacito los jurásicos.
Entonces tienen las agallas de enojarse
y salirte con palabrotas, pero uno no les puede decir nada porque si no uno es
es el malo. Viejos de mierda. Algún día trabajaré en la oficina de Actas de
Defunción.
Todos los días tienes una razón para que
se te crucen los apellidos, y entonces te dicen grosero cuando ya no aguantas
más y le dices de mala gana a la gente que las estampillas las venden en el
piso de abajo. ¡Los descarados te dicen que los esperes, que se tardan «un
momentito nada más»! Pero tú sabes que no se tardarán un momento, porque abajo
donde las estampillas siempre está lleno porque los muy imbéciles contrataron a
la muchacha más estúpida y lenta que había para atender la caja.
Entonces el resto de los malditos de la cola te mira mal es a ti. Hipócritas. Esos llegan a la taquilla y siempre
algo les falta; algo se les quedó en la casa y para ellos tú tienes la culpa.
Te salen con groserías, y cuando uno les sale con otra más grande te amenazan.
Lo que tienes que hacer es matarlos a
todos, en tu cabeza, uno por uno. Ves la cola de gente y disparas
«ratata-ta-ta-ta-ta-ta» y los matas a todos. O los ahorcas uno por uno. Como
quieras. Te diviertes en tu cabeza hasta que termina el turno. Después te vas a
beber unas cervezas en un bar y a dormir.
Por otra parte, gente que en vez de
molestarse y tratarte como que fueses la peor basura del mundo, lo que trata es
de negociar contigo para que les «hagas el favor» de acelerarles el proceso.
¡Ja! Pobres diablos.
Ya está usted entendido del asunto,
márchese. Allá está el otro subtítulo, siga por ahí.
Negociación
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"Te juro que lo mato." |
¡Hola! Sí, pase, pase. ¿Quiere un café?
¿En qué le podemos ayudar? ¡Ah! ya veo. Tiene usted todo en orden, al parecer.
¿Seguro que no quiere un café? Está bien. Vamos a ver... vaya, tendré que explicarle
la negociación.
Espere aquí unos minutos por favor,
mientras voy a la parte de atrás de la oficina a... hacer unas cosas. Ya vengo.
...
¡Ay! Disculpe que le dejé esperando. Le
explico, la fase de negociación comienza cuando uno se cansa, ¿sabe? Uno no
puede andar por ahí peleando con la vida. Las personas vienen a pagar sus
impuestos, a sacarse una licencia o un pasaporte y uno tiene que ayudarlos.
Entonces uno empieza a negociar con la vida ¿sabe? Uno empieza a buscarle el
lado bueno a la cosa. Entonces uno se esfuerza por hacer bien las cosas, para
ver si consigue un ascenso y deja de hacer el mismo trabajo siempre. A ver si
le aumentan a uno el sueldo, ¿sabe?
Uno se pone a tratar bien al público,
a ayudarles con sus problemas, a
escucharlos... A usted no le puedo mentir, porque es un manual de autoayuda,
¿cierto?
La verdad es que uno empieza a actuar
como si le importara, pero las palabras entran por un oído y salen por el otro.
Le da a las personas esa falsa sensación de seguridad que hace que le dejen a
uno tranquilo, porque creen que uno les va a resolver el problema. Y también
los superiores creen que uno hace un buen trabajo, así que es una situación de
ganancia, uno no hace nada y todos están contentos.
Lo que tiene que hacer para superar esta
etapa, es esperar. Esperar que todos se cansen de esperar y se vayan a buscar
ayuda por otro lado. Y esperar que lo asciendan. Entonces todo estará mejor
para usted.
Bueno, hasta luego, ha sido un placer
ayudarle. El siguiente subtítulo está abajo. ¡Adiós!
Depresión
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*Suspiro* |
Oiga, pero ¿cómo se le ocurre usted
venir a ésta hora? ¿No ve que ya el artículo está por terminar?
Como sea, pase. ¡Ay, Pero que cosa más
frustrante! Ésta etapa es terrible, déjeme decirle. Yo la verdad no me esperaba
ésto. Hace algunos años, cuando me decidí por quedarme en éste trabajo, no me
imaginaba los sacrificios que iba a tener que hacer. Conseguí éste cargo
después de mucho esfuerzo y mucha carencia.
Pero con los años uno empieza a formar
una familia... y el trabajo no deja tiempo para estar con la familia. La gente
cree que uno se va feliz de la vida de aquí luego de la jornada... pero la
verdad es que muchas veces te quedas trabajando aquí hasta tarde arreglando papeles,
terminando trabajo que otros dejaron a medio hacer, introduciendo información
en las bases de datos... Y uno se deprime... La vida le va pasando a uno sin
darse cuenta. El reloj no deja de avanzar y el tiempo se va...
El trabajo se convierte en tu vida y tu
vida se convierte en tu trabajo. Y es un trabajo tan terrible, tan repetitivo
que tu vida se vuelve eso, repetitiva. Sientes que ya todo carece de sentido y
que te has pasado el tiempo sin dejar una huella... lejos de la familia...
Yo no sé qué hacer. Pero dicen que para
superar ésta etapa lo mejor es entrar en contacto con uno mismo. Encontrar qué
es lo que le deprime a uno y atacar el problema. O ir a un psiquiatra y que le
receten pastillas a uno. Pero no confío en esos matasanos... Ay, no sé que
hacer...
Le voy a sellar ésto para que pueda
seguir...
*TUM*
*TUM*... *TUM*
...
*TUM*
...*TUM*
Ahí tiene. Si quiere puede avanzar hacia
el siguiente subtítulo...
Aceptación
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"Todo está... bien." |
Bienvenido. Si ha llegado hasta aquí
significa que está por terminar.
Vayamos al grano.
En ésta etapa usted ya dio por sentado
que es un empleado público. Nada más y nada menos. Usted es un engranaje de la
gran maquinaria del Estado. Usted es una pieza insignificante de un sistema de
tal magnitud que su mente no alcanza a comprender. Ni siquiera esa maquinaria
misma se comprende, y con frecuencia sucede que no todas las piezas encajan
bien. Pero usted es solo una ruedecilla, así que no le tienen que importar las
demás ruedecillas si no están a su cargo. A usted le interesa limitarse a hacer
su trabajo, ni menos, ni más.
Y lo más importante es que usted está
conforme con lo que usted es y con lo que usted hace.
Uno no anda con ambiciones, no quiere
superarse ni quiere irse. Uno está perfectamente feliz aquí, haciendo su
trabajo. Cuando usted va a su casa, puede usar su dinero y su tiempo como mejor
le parezca. En su trabajo, usted simplemente funciona.
Una vez llega a esta fase, si alguien le
pregunta o le solicita algo que está más allá de su alcance, simplemente
demuestre indiferencia y explíquele donde puede encontrar la ayuda. Así sepa la
respuesta, o tenga lo solicitado bajo la mesa en una gaveta. No le corresponde
a usted hacerlo, no lo haga.
No ayude a nadie si no se lo pide. No
otorgue más información de la que se le solicite y sobre todo, sobre todas las
cosas, haga su trabajo. Si se siente de especial buen humor quizás pueda
señalarle el lugar donde está la cartelera con la información solicitada,
escondida bajo los afiches sobre salud pública contra la enfermedad de turno.
Yo le recomiendo que no lo haga.
Para terminar, le sellaré los recaudos
para que pueda terminar el manual.
*TUM**TUM**TUM**TUM**TUM*
Listo, que tenga un buen día.
~o~
Sí, está en el final del artículo. Ha llegado usted tras un largo camino
burocrático por todo el esquema textual y todo el palabrerío y está usted por
terminar.
Oh, disculpe. Le faltan unos sellos,
aquí, aquí... aquí, aquí y aquí. Durante la sección de la negociación no le
sellaron. Me parece que tendrá que leer otra vez para estar seguro. No hay
mucho que pueda hacer por usted a estas alturas. Tendrá que venir usted en otro
artículo para poder seguir leyendo.
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"¡Hasta nunca!" |
Hágalo Usted Mismo: Reparación de computadoras para geeks despechados
Publicado el:
viernes, julio 22, 2011
Por:
Javier Darkona
Bienvenido al primer tutorial de Hágalo Usted Mismo edición Desvarío.
En éste tutorial, se explicará el procedimiento general a seguir para reparar un computador. Aquí en Desvaríos, entendemos que nuestros lectores pasan por cambios en sus vidas, algunos positivos y otros negativos, y que no siempre se está del mejor humor para hacer algo. Es por ello que éste tutorial le guiará en 8 cómodos pasos para reparar y recuperar el sistema de su computador luego de que usted haya tenido una dolorosa ruptura sentimental.
El manual está escrito de forma especialmente dirigida a un lector de género masculino, puesto que las encuestas indican que hay un mayor número de profesionales del área de la informática de ése género. Si es usted una dama, está en la libertad de sentirse identificada con solo cambiar mentalmente algunas palabras.
Así entonces damos comienzo al tutorial.
Usted necesitará los siguientes implementos:
- Un destornillador, de estría o cruz.
- Un disco de Windows XP.
- Una brocha pequeña.
- Un pañuelo o trapo.
Paso 1
Ubíquese frente al computador. Éste debe estar apagado, como las luces de su habitación desde que ella se fue. Lo mejor será, además, que esto último sea corregido, necesitará luz para trabajar. Y no se engañe con que la luz le lastimará los ojos puesto que probablemente a usted le salen lágrimas de todos modos.
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"Es una molestia en el ojo nada más." |
Desconecte bruscamente todos los cables de la parte trasera del CPU. Recuerde la manera en la que ella desconectó su vida de la de usted. Colóquelo en alguna superficie plana y retire los tornillos de la tapa con el destornillador.
Utilice el pañuelo sobre la superficie del CPU para retirar el polvo acumulado, de manera que no se ensucie las manos, antes de hacer todo lo anterior. Le hemos advertido tarde puesto que ya tiene usted la costumbre de llevarse sorpresas desagradables.
Paso 2
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Encontrará algo como ésto. Pero posiblemente mucho peor. |
Tome la brocha y proceda a limpiar el polvo depositado sobre la tarjeta madre, el refrescador del procesador, las memorias y los discos duros. Limpie como si fueran los recuerdos de ella en su mente. Limpie su cara ruborizada, limpie sus hermosos ojos, limpie ése último, apasionado beso. Una vez que el equipo esté limpio, revise que las conexiones estén bien ajustadas. Todos los cables deben estar correctamente calzados en sus respectivos sockets, completamente acoplados como aquella última vez que hicieron el amor.
También asegúrese que las conexiones del panel frontal estén bien colocadas. Esto puede comprobarse fácilmente viendo el manual, que estaba entre las cosas que tenía ella, recuerde que los papeles se quedaron en su cartera cuando compró el equipo. Mejor sáltese ésta parte.
Una vez que haya comprobado las conexiones, coloque nuevamente la tapa al equipo y coloque nuevamente los tornillos.
Paso 3
Conecte nuevamente los cables a la parte trasera del equipo y enciéndalo. Presione suprimir rápidamente, tal como ella tocó a su puerta la noche anterior, cuando usted estaba demasiado enfadado para dejarla entrar y ella se fue, bajo la lluvia. La computadora sí le dejará a usted entrar a la utilidad BIOS del sistema, donde podrá configurar la hora, fecha, y el orden de arranque de los discos.
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Uno diría que la computadora no es orgullosa. |
Puede comprobar la fecha y la hora y asegurarse que estén correctas. Evite mirar el paso de los segundos durante mucho rato.
Entre en la opción de ordenar el arranque de los discos y coloque la unidad de DVD como primera opción. Usted siempre tuvo la opción. Presione F10 para aceptar los cambios y luego ENTER.
Paso 4
El equipo se reinició, así que debe colocar el disco de Windows XP para comenzar la instalación. El sistema le indicará que presione una tecla para comenzar, pero usted no lo hará porque está leyendo éstas líneas. Reinicie el equipo y hágalo.
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No intente con la opción de "Reparar". El pasado no puede "Repararse". |
Entrará en el programa de instalación de Windows XP. El fondo es del color del vestido que llevaba el día que la conoció, azul. Evite golpear la pantalla. En caso de hacerlo, puede obtener el Manual de Reparación de Monitores para Personas Enfurecidas.
Siga los pasos hasta llegar a la parte de formatear el disco. El sistema preguntará si está seguro que quiere borrar todos los datos. Como si de su pasado se tratase, acepte y espere durante el formateo. Inmediatamente después el programa comenzará con la instalación el sistema Windows.
Paso 5
La instalación de Windows XP, dependiendo de las características del sistema, puede tomar entre 20 minutos y dos horas para completarse. Siéntase en plena libertad de aprovechar el tiempo para llorar. Puede servirse una o dos bebidas. En tal caso evite servir dos al mismo tiempo.
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Tómese su tiempo. |
Cerca del medio de la instalación, el sistema le pedirá cierta información, como la zona horaria y el serial de la licencia. Tome el pañuelo y límpiese las lágrimas. Ahora tiene usted la cara llena de mugre. Siempre hace caso a lo que digan los demás sin pensarlo, ¿verdad?
Introduzca los datos solicitados. El serial de la licencia se encuentra en la parte trasera de la caja del disco de Windows XP. Evite el lagrimeo, o no verá correctamente los dígitos.
Cuando el sistema le pida un nombre para el equipo, no le coloque el nombre de ella. Puede sonar como una idea divertida el pensar que ahora ella representa un objeto que usted usa, pero le pedimos que confíe en nosotros y no lo haga.
Paso 6
Ahora debe esperar a que finalice la instalación. El programa volverá a interrumpirse al final para solicitarle datos adicionales, como el nombre de usuario y la contraseña. No le coloque su nombre como contraseña, por la misma razón que ponerle su nombre al equipo es una mala idea. Recuerde que éste tutorial está escrito de forma amigable porque somos sus amigos. Tampoco coloque su nombre junto con algún calificativo despectivo como contraseña.
Ahora que ha instalado Windows, siga los pasos al inicio para la configuración de la resolución de video. Una vez que esté todo correctamente configurado, encontrará que su computadora no suena, no se ve bien y en general no sirve, como muchas cosas en su vida en éste momento. Evite desesperarse y busque el disco de los controladores del equipo, los controladores harán que todo funcione correctamente.
Espere, los controladores estaban junto al manual, ¿no es cierto?
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No fue quemado metafóricamente. |
Consiga una unidad de disco USB y váyase a un café de Internet, y continúe el manual desde allá.
Paso 7
Bienvenido de vuelta. Ahora que está usted aquí, lo único que tiene que hacer es buscar la página web del fabricante de su equipo y descargar los controladores en su disco USB. Los fabricantes pueden conocerse viendo el serial de la tarjeta madre, que usted seguramente trajo anotado en algún papel. Ella también le decía las cosas tarde o las olvidaba, ¿verdad? Pague su consumo, vaya a su casa y vuelva aquí con los seriales.
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Si les dice que olvidó su pornografía será menos humillante. |
Bienvenido de vuelta. Ahora con el serial en mano busque, descargue y guarde los controladores en su disco USB. Necesitará principalmente los controladores de Vídeo, para poder ver esas películas que ella nunca quiso ver, Audio, para escuchar la canción que bailaban, desnudos y con las luces bajas, después de hacer el amor.
Necesitará también el controlador de LAN, para que pueda usted seguir leyéndonos a través de Internet, y para que pueda entrar y ver sus perfiles en redes sociales, donde ahora aparecerá más flaca, más feliz y más bonita que cuando estaba con usted.
El controlador de CHIPSET hará que su sistema tenga la estabilidad que tenía su relación apenas meses atrás, antes que usted la encontrara con… Es mejor que siga recorriendo éste manual en su casa, está armando una escena y no es bueno para usted que las demás personas le vean así.
Paso 8
Ahora de vuelta en casa, instale los controladores. Uno por uno, como empezaron a aparecer los problemas luego que ella conociera a ése amigo suyo que a usted no le terminaba de caer.
Permítase un tiempo para pensar y mirar la pantalla absorto mientras se ejecutan los programas de instalación. Además el computador se reiniciará varias veces.
Luego, deberá conectarse a Internet para descargar las actualizaciones. Dependiendo de la versión de WIndows XP que usted instaló y de la velocidad de su conexión, ello puede tomar un tiempo de entre muchas y demasiadas horas. Aproveche el tiempo para salir a pasear por un parque o una plaza mientras se pregunta si las cosas pudieron haber sido de otro modo. Vuelva a casa antes que la policía lo arreste por estar a esas horas deambulando.
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Ésto, cientos de veces. |
Su computadora, a diferencia de su ex-pareja, estará allí para usted, lista para que pueda empezar a instalarle programas y a trabajar con ella.
No olvide instalar un programa antivirus y mantener buenas prácticas de uso de Internet para que su computadora no se infecte con un virus, así como su relación se infectó desde aquella vez que le gritó.
Para Finalizar
Hemos aprendido como superar un pequeño obstáculo con la utilización del computador, además de desarrollar habilidades que nos permitirán reparar nuestro equipo en caso de falla. Lamentablemente las relaciones humanas son mucho más difíciles de reparar y con frecuencia se rompen. Ahora puede usted dejar su equipo convenientemente apagado mientras vuelve a su cama o esquina favorita para desahogarse.
Nos veremos en el próximo tutorial, ¡buena suerte!
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"¡Adiós!" |